Una de las circunstancias que más accidentes de tráfico provoca es el sueño al volante, y sobre todo en los sectores profesionales.

No solo afecta el que un conductor se pueda quedar completamente dormido, sino que también son muchos los casos en los que la protagonista causante de los siniestros es la somnolencia, es decir, que el conductor tenga sueño.

Muchos estudios al respecto demuestran que cuando existen salidas de vía o choques por detrás, así como muchos tipos de distracciones, son consecuencia del sueño o de la somnolencia del conductor, que no estaba lo suficientemente fresco como para ponerse al volante, o incluso que estaba tomando algún fármaco que le provoca un efecto sedante, etc.

Para poder conducir de forma segura debemos tener claros todos los riesgos que puede suponernos circular bajo los efectos del sueño. Debemos conocer los factores que provocan su aparición o están relacionados con ella, y cómo prevenirlos para evitar siniestros o sustos al volante.

La relación entre sueño y accidentes de tráfico

Se puede decir que uno de nuestros mayores enemigos al volante es el sueño, ya que otro tipo de factores tienen aunque sea un mínimo control de tu coche.

No obstante, cuando cierras los ojos y te duermes al volante, nunca llegará el momento de reaccionar y controlar tu vehículo, y si llega será demasiado tarde. Esto lleva a que un gran número de accidentes ocurridos bajo los efectos del sueño, sean mortales.

Pero debemos tener en cuenta que muchos de estos accidentes de tráfico, que tienen como causa principal el sueño del conductor, se deben a la somnolencia y no a que el conductor se quede completamente dormido. Y es que la somnolencia al volante pondrá en grave riesgo tanto tu vida como la de aquellos que se crucen en tu camino, ya que altera las capacidades que tienes para poder conducir con total seguridad.

La normativa, en el siglo pasado, obligaba a todos los conductores a dormir al menos ocho horas antes de ponerse al volante.

Si somos conscientes de nuestra somnolencia, es muy peligroso que sigamos al volante, por lo que debemos parar inmediatamente. Según la Dirección General de Tráfico, entre el 15% y el 30% de los siniestros de tráfico que se dan en nuestro país, se deben en alguna medida a la somnolencia, ya sea directa o indirectamente.

No podemos conducir con sueño, pues estaremos poniendo nuestra vida en peligro, y no solo eso, con nuestra grave imprudencia estaremos poniendo en peligro la vida de otras muchas personas que se puedan cruzar en nuestro camino.

La mayoría de los accidentes de tráfico relacionados con el sueño se dan por la noche, aunque también los encontramos por el día.

Cómo afecta el sueño a los accidentes de tráfico

Muchos estudios han determinado los factores que se ven afectados como consecuencia de la conducción con somnolencia:

  • Se aumenta el tiempo de reacción: por ejemplo en el caso de los alcances traseros, cuando tienes sueño y el vehículo que está delante de ti frena, es muy probable que no seas capaz de reaccionar con el tiempo suficiente como para poder evitar el choque.
  • Estarás menos concentrado y más distraído: sobre todo cuando la carretera por la que nos movemos es muy monótona y hay poco tráfico, pueden aparecer distracciones fácilmente, y si estamos somnolientos, será difícil que nos mantengamos concentrados en el tráfico sin hacer caso a las distracciones.
  • Se toman las decisiones erróneas: y no sólo eso, sino que también se hace de forma más lenta. La somnolencia nos provoca ser más lentos procesando la información del ambiente, como carteles, señales, etc., y por tanto será más fácil que nos equivoquemos de camino, pero también que reaccionemos mal ante una situación complicada que necesite una respuesta rápida.
  • Alteraciones de nuestro sistema motor: porque cuando tenemos sueño todos nuestros músculos se relajan y como consecuencia, los movimientos que realicemos serán menos precisos y más lentos. Estos hechos al volante pueden ser causa de accidente.
  • Alteración de nuestro sistema sensorial: conducir bajo los efectos de la somnolencia puede suponer también que todos los estímulos que necesites sean mucho más intensos de lo habitual para poder captarlos, tales como las luces. El sueño repercute sobre todo en la visión y nos resultará más complicado poder enfocar bien la vista, tendremos la visión más borrosa y cansancio de ojos, lo que además favorecerá a que se den los delumbramientos.
  • Micro-sueños: son esos minutos o incluso segundos, en los que cerramos los ojos y nos evadimos totalmente de aquello que ocurre a nuestro alrededor. En el caso del tráfico, cerrar los ojos durante unos segundos es una de las principales causas mortales.
  • Alteraciones al percibir los elementos que nos rodean: todo lo captamos peor o de forma errónea. Tanto señales, como luces o sonidos, entre otros factores.
  • Comportamiento diferente: el sueño al volante puede provocar que estemos más tensos y nerviosos, paro también más agresivos, lo que se puede traducir en un comportamiento más arriesgado, sobre todo cuando estemos llegando a nuestro lugar de destino, ya que estaremos deseando llegar para dormir.

El sueño al volante nos provoca: reaccionar más tarde, mayores distracciones y menor concentración, tomar decisiones más lentamente y además erróneas, altera nuestro sistema motor, nos hace caer en micro sueños, altera nuestro sistema sensorial, alteraciones perceptivas y trastornos de comportamiento.

Causas relacionadas con el sueño y accidentes de tráfico

Todas aquellas causas o factores que reduzcan la cantidad o la calidad de nuestro sueño, estarán impidiendo que nuestro organismo se recupere, provocándonos así una mayor somnolencia a la mañana siguiente. Estas causas son, entre otras, las siguientes:

  • Privación de sueño
  • Sueño fragmentado.
  • Cambios de horario de sueño.
  • Medicamentos y otras sustancias con efectos sedantes.
  • Trastornos del sueño.