En los últimos tiempos, cada vez es más común escuchar alguna historia curiosa acerca de alguna multa.

Historias que no siempre tienen gracia, porque si no tenemos cómo demostrar que las acusaciones son falsas, puede que nos toque pagarlas sin remedio.

Todos los conductores circulan asumiendo las normas, sabiendo lo importante que es seguirlas y comprendiendo que deben respetarlas. O al menos así debería ser.

No obstante, en ocasiones, a pesar de cumplir todas las normas de tráfico que la Dirección General de Tráfico nos facilita en su estricto código, se dan ocasiones en las que los buenos y respetables conductores reciben multas de tráfico, algo absurdas.

Nuestra selección con las multas más curiosas

Hemos hecho una selección con las multas más curiosas y te la detallamos a continuación:

Multa por exceso de velocidad

Pero a un vehículo al que se estaba llevando la grúa. Sí, estaba siendo transportado por la grúa, encima de ella, cuando un radar de la vía lo detectó como un vehículo que superaba la velocidad permitida. La grúa estaba en un tramo donde el límite máximo era de 70 kilómetros por hora, e iba a 83 km/h.

La grúa tenía matrícula de Andorra, que es donde los ocupantes del mismo se encontraban cuando éste se averió. La conductora y su acompañante regresaron en taxi, y el vehículo fue en la grúa directo a un taller.

No obstante la multa le llegó a la propietaria del vehículo, con una foto en la que se distingue claramente que va sobre la grúa y no circulando.

La multa es de 100 euros.

Multa por recibir un beso

Algo que se conoce como “mantener relaciones cariñosas”. Al parecer, mientras se conduce no se pueden mantener ese tipo de relaciones, teniendo en cuenta que un beso entra dentro del término.

En el caso concreto que recibió esta multa fue una joven que, mientras conducía recibió un beso en la mejilla por parte de su novio, que iba de copiloto.

Cuando la Guardia Civil la obligó a parar el vehículo, le explicó que iba haciendo maniobras extrañas, y cuando ella preguntó a qué tipo de maniobras se referían, le dijeron que su acompañante le acababa de dar un beso.

Ella dice que no apartó la vista de la circulación, que no se giró, ni se distrajo en ningún momento, pero la Guardia Civil dice que su capacidad de movimientos, se vio limitada por recibir el beso.

Ella tuvo que insistir para que los agentes incluyeran lo del beso en el texto de la multa, porque no se lo podía creer, y los agentes le incluyeron el texto “La conductora mantenía relaciones cariñosas con el acompañante”.

La multa ascendió a 80 euros.

Multa por correr

Pero no por correr al volante sino por hacer running. El caso es que la policía multó a un hombre que estaba realizando deporte, corriendo por la calzada, pero lo curioso de la multa viene cuando le retiraron puntos del carnet de conducir por ello.

En la multa se puede leer que el corredor, no respetó las señales de los agentes que regula la circulación, corriendo por el medio de la calzada y haciendo caso omiso de las señales de los agentes.

Entendemos que no se deba hacer running por la calzada, pero ¿quitar los puntos del carnet de conducir? ¿y si no tuviera carnet?

La multa fue de 100 euros y cuatro puntos del carnet.

Multa por comer

A un hombre que iba en bici, paseando tranquilamente, comiéndose un croissant, la policía municipal le puso una multa por “conducción temeraria”.

No estábamos allí, pero la verdad es que cuesta creer la temeridad de una bici y un croissant, además, los ciclistas suelen comer sobre la bicicleta, lo vemos en televisión en las carreras de ciclismo, y no es tan raro.

La multa ascendió a 100 euros.

Multa por … rascarse la oreja

En realidad la Guardia Civil paró a un conductor acusándolo de ir hablando por su teléfono móvil, pero el conductor pudo demostrar que las últimas llamadas que tenía en su dispositivo era de un día antes.

Los agentes de tráfico decían que le habían visto con un teléfono negro, y el conductor les enseño el suyo, que era gris.

El problema es que sus argumentos no convencieron a los agentes de tráfico, que aseguraron que se “sujetaba con la mano la oreja derecha de forma permanente”, es decir, por sujetar el volante con una sola mano estaba perdiendo la posibilidad de mantener libertad de movimientos.

La multa fue de 60 euros.

Multa por un tirachinas

La joven que fue multada llevaba, colgado del espejo retrovisor, un tirachinas que le habían regalado.

Resulta que fue un regalo de su abuelo ya fallecido, y que ella quería llevar cerca, pero ahora está en las dependencias de la policía desde que se lo requisaron por tenencia ilícita de armas.

La multa fue de 300 euros.

Multa por ir en triciclo

Y es que a quién se le ocurre, pues fue a un señor en un polígono industrial, de noche, que no se le ocurrió otra cosa más que bajar una cuesta en un triciclo.

Los agentes de la Guardia Civil escucharon un ruido muy extraño mientras patrullaban la zona, cuando vieron al hombre precipitarse por la cuesta en su triciclo.

La Guardia Civil le multó por considerar que el triciclo era un juguete y no un vehículo catalogado, y además por circular a gran velocidad y sin iluminación. La multa fue de entre 300 y 400 euros.

Multas a los peatones

Al parecer la Dirección General de tráfico va a limitar la velocidad de los peatones, e incluso podrá realizar test de alcoholemia o prohibir que los peatones corran.

Y estas son sólo algunas de las historias más surrealistas, pero hay muchas más.

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