Los ingenieros biomecánicos suelen intervenir con mayor frecuencia en los casos en los que hay determinado tipo de lesiones, por ejemplo en los tejidos blandos, latigazo cervical, aunque también en algunos casos en los que las lesiones son más graves como lesión en la rodilla, caderas, hombro, etc.
Esto indigna tanto a las personas que han sufrido el siniestro como a los profesionales médicos, ya que no debe ser el papel de un ingeniero biomecánico el ofrecer un criterio sobre las causas de los traumatismos.
La reforma del sistema de valoración de dalos y perjuicios causados, que se plasma en el baremo de accidentes de 2016, beneficia a las aseguradoras ya que, se centra en el caso concreto de las lesiones cervicales, que lo remite al criterio cuantitativo de intensidad del trauma en sí, o de la compatibilidad biomecánica.
Algo que es totalmente inadecuado ya que el origen de la lesión, y su evolución es algo muy personal, y del mismo modo, que el vehículo no presente daños no tiene por qué ser razón de que los ocupantes del vehículo no presenten ninguna lesión.
El valor del informe biomecánico en los accidentes de tráfico
El problema es que al no poder obtener datos del siniestro, o tener muy pocos, la reconstrucción del accidente es prácticamente inviable sobre todo cuando el vehículo no presenta daños.
De este modo, en otros países como Estados Unidos nos llevan mucho adelanto en este tema, ya que para ellos hablar o señalar elementos en general, no puede servir como un análisis de la realidad del siniestro y de sus ocupantes. En estados Unidos, los ingenieros de biomecánica que estudian el accidente no toman decisiones, no están capacitados para establecer un criterio en el que se explique el origen de las lesiones sufridas por las personas implicadas en el accidente de tráfico. Es decir, no se puede generalizar, porque cada caso es individual, y hacerlo no puede tener valor ni rigor científico.
Volviendo a nuestro país, en los últimos años, todos aquellos abogados que se han visto en la situación de representar a una compañía de seguros, han solicitado la reconstrucción del siniestro por expertos de ingeniería biomecánica, algo que sólo puede favorecer a su defensa.
No obstante, ese testimonio que dan los expertos en ingeniería biomecánica sólo se basa en unas fotografías que presentan los daños sufridos por el vehículo, normalmente daños mínimos, y esto les sirve como base para opinar si la persona afectada por el siniestro, sufre las lesiones que dice como consecuencia del accidente de tráfico o no.
Con estos informes se pretende que las víctimas acepten menos indemnización, o en algunos caso, que se anule por completo esa reclamación, ya que según su criterio no ha lugar.
En cualquier caso, un buen abogado especialista en accidentes de tráfico, que presente todos los informes médicos acreditando las lesiones sufridas por el siniestro, así como el diagnóstico, tratamiento y secuelas que estén evaluadas por el perito especializado o por el médico forense, y con la declaración del perjudicado, será capaz de tirar por tierra el criterio y el planteamiento del ingeniero biomecánico.
El informe biomecánico no anula las pruebas médicas forenses
En los últimos años la mayor resistencia de las carrocerías de los vehículos a las colisiones leves, están consiguiendo que los vehículos sufran menos deformaciones en este tipo de impactos, o que si las sufren sean más leves, algo que ha incrementado las lesiones cervicales en estos siniestros leves, ya que los estudios realizados al respecto, dejan como conclusión que las colisiones a baja velocidad pueden ocasionar lesiones mayores en los ocupantes de los vehículos implicados, que otras colisiones más fuertes en las que el vehículo es el peor perjudicado.
A pesar del intento de las compañías aseguradoras, de rebajar o anular el pago de indemnizaciones por traumatismos cervicales que surgen como resultado de siniestros de tráfico a baja velocidad, y apoyado por los informes de los ingenieros biomecánicos, debemos decir que aunque, esos informes son su mejor instrumento, no tienen la posibilidad de anular todas las pruebas médicas y forenses que se presenten adjuntas al caso y a la reclamación de la indemnización.
Todas las pruebas médicas y forenses, son personales, individuales, y ofrecen todas las lesiones que han sido diagnosticadas como consecuencia del siniestro de tráfico, porque además en ellas, se analizan las características corporales de la víctima, tales como su sexo o altura y peso, así como la posición que presentaba dentro del vehículo antes y durante el siniestro. Además en estos informes se presenta el peso del vehículo, su contenido, el estado de los cinturones de seguridad y todas aquellas modificaciones que, de una u otra forma, han podido influir en las lesiones derivadas del accidente de tráfico, algo que el informe del ingeniero biomecánico no incluye.
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