Defiende tu indemnización por lesiones
Resulta incomprensible comprobar cómo muchas personas que responden al perfil de “lesionados perjudicados en accidente de circulación en el que existe un tercero responsable del mismo”, solicitan los servicios de abogados particulares pues su propia entidad aseguradora no sólo no les defiende sino que les tacha de “fraudulentos” y les hace sentir como “auténticos estafadores”.
Ciertamente, son muchas las víctimas de accidentes de tráfico que reivindican que se hagan valer sus derechos. No entienden que siendo las víctimas se les haga sentir culpables; que se les prejuzgue como “fraudulentas” por sufrir lesiones en las cervicales o traumatismos en la columna vertebral o que se les tache de “estafadores”, cuando pretenden que su vehículo sea reparado y restituido a la situación anterior a la de producción del accidente.
La gran mayoría de las víctimas de accidentes de circulación se encuentran indefensas pero sobre todo “indefendidas” por sus Compañías de Seguros y acuden a profesionales particulares del Derecho implorando Justicia: “quieren hacer valer sus derechos”. Entendiendo que, víctima de accidente es toda persona que haya resultado perjudicada, por haber sufrido un daño físico, psíquico y moral sin haber generado riesgo alguno en el normal funcionamiento de la seguridad vial. No acertamos a entender, cómo en su afán por la generalización y la protocolización, las entidades aseguradoras desde hace años y a su conveniencia, distingue entre víctimas ”Vip”, víctimas de segunda e incluso víctimas de tercera o víctimas-fraude, introduciendo en esta última categoría a aproximadamente un 80% de los lesionados en accidentes de circulación con la única finalidad de economizar costes.
En su afán por priorizar su economía, las Aseguradoras, siembran la insatisfacción, la decepción, la rabia e impotencia en un altísimo porcentaje de sus asegurados. Pues bien, estos últimos que en realidad son las personas que suscriben pólizas y de cuyas primas se nutren para existir esas grandes entidades, se sienten literalmente desamparados e insultados por las mismas. Sobre todo pues estas no consideran suficiente, la situación traumática que les genera a sus asegurados haber perdido en un instante y sin culpa alguna, la integridad de sus bienes, de su salud física y mental. Y con absoluta frialdad, les deniegan un asesoramiento integral, no les ofrecen tratamientos completos y reparadores de la lesión causada, les dejan con secuelas que luego no reconocen, e incluso les dejan los vehículos con partes sin reparar, con el argumento rastrero de la preexistencia de dichos daños a la fecha del accidente.
Las compañías y las indemnizaciones
La buena fe con la que acuden las víctimas a su entidad Compañía de Seguros, en la que han depositado su confianza generalmente a lo largo de los años y de la que esperan, una vez ellos cumplen con su obligación de pago de prima semestrales o anuales, que una vez tengan un accidente les asesoren, protejan y hagan valer sus derechos resarcitorios hasta las últimas consecuencias, se trunca al contemplar cómo no sólo no se les informa, defiende y lucha por sus intereses sino que por el contrario, evita que el vehículo sea reintegrado a la situación anterior a la fecha de producción del siniestro, les abona una cantidad simbólica que no les da ni para la entrada de un vehículo de ocasión, les facilita servicios médicos para con el único fin de proceder valoración unilateral del daño y les ofrece asistencia sanitaria desde una posición de control, sin embargo no les dispensa el tratamiento total y efectivo para mitigar las lesiones y evitar las posibles secuelas y desconfía de que su asegurado padezca determinado tipo de secuelas, prefiere considerarlas “fraude” y denegar su compensación. Y como colofón en algunas ocasiones aparte de lo expuesto les hace sentirse auténticos responsables del daño que se les ha causado. Y cómo lo hacen? Considerando desproporcionados sus pedimentos, considerando sus lesiones o daños en el vehículo como preexistentes o inexistentes, señalando que las lesiones no duelen pues el dolor es subjetivo y por tanto “es inventado”. Es decir, para las entidades aseguradora “todo es fraude”, y además les interesa considerarlo como tal; Las lesiones, los daños, el alcance de ambos, lo consideran fraude, sino no eres Víctima VIP (fallecido o gran lesionado) eres un “fraude”.
Esta indignación, insatisfacción, desprotección y afán de justicia mueve a un gran colectivo de víctimas a precisar de los servicios de Abogados particulares, a poder ser especializados en la materia de tráfico, que les garanticen la absoluta defensa de sus intereses y derechos, que se traducen en la lucha por un resarcimiento justo e íntegro de los daños y perjuicios causados a consecuencia de accidente de tráfico.
En este sentido, Tráficoayuda, es un despacho profesional pionero, con gran experiencia y especialista en reclamación de daños causados en las personas y bienes con motivo de accidentes de circulación, y viene ofreciendo sus servicios desde hace ya más de 20 años, de forma personalizada, directa de “tú a tú”, de absoluta confianza contrastada con pluralidad de testimonios de clientes, cuyo equipo de profesionales antepone su esfuerzo y trabajo por la total y completa satisfacción de la víctima, en su vertiente humana y económica.